Manuel Martín, el novillero más veterano del Circuito de Castilla y León 2023, será el encargado de abrir cartel en la Gran Final de Sahagún el próximo 23 de septiembre
Debutó en la Plaza de Toros “La Ancianita” de Béjar en la última novillada clasificatoria. Las sensaciones “después de tantos años sin torear” fueron positivas. Para el salmantino “fue una fortuna” que el sorteo le llevase hasta Béjar “una plaza que está cerca de mi casa, un pueblo al que he ido desde pequeño y me hacía bastante ilusión”.
Salió con dos orejas en el esportón, una de cada novillo. Haciendo un repaso de la tarde y empezando por el de Valle Blanco, comenta “que tras tanto tiempo sin ponerte delante de un animal, cuesta tener las mismas sensaciones que antes”. Le tocó en suerte “un novillo complicado, al que había que tocarle las teclas” pero “demostré que tenía la actitud y las ganas de querer hacer las cosas bien”. En tercer lugar salió un novillo de María Cascón, una faena en la que “me pasó factura la falta de rodaje porque estuve bien pero tendría que haber apostado más por el novillo”.
En “La Ancianita” se sintió respaldado por el público, entre ellos se encontraban miembros de su peña taurina “y fue una tarde especial porque yo sentía que la gente estaba conmigo”, algo que para aquel que está en el ruedo “es muy bonito”.
En primera instancia se quedó fuera de semifinales por unas décimas pero el devenir de los acontecimientos, hizo que en la tarde noche del 18 de agosto se enterase de que cogía una sustitución para hacer el paseíllo en esta nueva ronda. El festejo, el 19 de agosto en Ampudia para el que en esas horas “me mentalicé, quería llegar a la final porque no podía desaprovechar esa nueva oportunidad”. Las sensaciones de la tarde fueron “buenas, llevaba dos novilladas en esa semana e iba más toreado”. Le salió un novillo de El Puerto de San Lorenzo “al que la pena fue que le faltaba fuerza pero tuvo cosas buenas”. El que hacía tercero, de Juan Luis Fraile “fue un novillo bueno, al que si hubiera tenido otras 20 novilladas encima yo creo que hubiera cuajado”. Todo ello sin destacar, en una nueva tarde “que no me faltaron las ganas y la actitud”.
La espada ha marcado las semifinales, y en su caso perdió un posible trofeo por el mal uso de la misma. La suerte fundamental “es algo que estoy mejorando, me estoy encontrando cada día mejor matando” pero es cierto, y él es consciente “que si estás cuajando un novillo y luego lo pinchas, de nada sirve lo hace anteriormente”.
Prácticamente en un mes va a torear lo mismo que en toda su época con caballos, “el año de mi debut solo tuve dos novilladas”. La espera ha sido larga, hasta encontrar su oportunidad pero es algo “que ha merecido la pena, ser reconocido por el Circuito para ponerme después de tanto tiempo, es algo muy ilusionante”.
Sin embargo, por delante solo tiene la Gran Final de Sahagún, pero en el deseo Manuel Martín está “que a raíz de ese día pueda salir algo más”. Ese día, el novillero salmantino quiere mostrar “que salgan las faenas más conjuntas, sin tantos nervios y que se vean las ganas y el trabajo de verdad y que los novillos embistan para hacer mi toreo de verdad”.
