A escasos días de la segunda fase del certamen, nos preguntamos por otro de los novilleros que se acartelan en Barcarrota. En este caso hablamos con García Corbacho.
Desde que el novillero se enfunda el vestido de luces, su objetivo principal es dar lo mejor de sí mismo en cada festejo.
El Circuito de Novilladas de Extremadura ha sido un proyecto sorprendente para García Corbacho. Reconoce que, para novilleros como él, que están tratando de abrirse camino en la profesión, este tipo de oportunidades son vitales. Agradece profundamente la posibilidad de participar en el circuito y ve en ello una oportunidad única para mostrar su talento y avanzar en su carrera: “Creo que puedo dar de mí una dimensión que todavía no han visto por mi forma de interpretar el toreo y del concepto que tengo”.
La trayectoria de García Corbacho no ha sido fácil. Ha experimentado altibajos propios de la profesión, pero siempre ha mantenido viva su ilusión y ha creído en sí mismo. Reconoce que “el toreo es una profesión en la que sabemos que afloran los sentimientos y tiene que haber momentos de altibajos, pero la verdad que siempre he estado ilusionado y he creído en mí y la verdad que nunca he dejado de entrenar y prepararme”.
El novillero recuerda con cariño su etapa en la Escuela Taurina de Badajoz, donde tuvo la oportunidad de aprender y crecer junto a otros compañeros y maestros destacados como Luis Reina, Antoñete y Cartujano. Una vez que salió de la escuela, García Corbacho se enfrentó a nuevos desafíos y tuvo que buscar su propio camino. Aunque no fue fácil, su determinación y entusiasmo le permitieron seguir adelante y comenzar a torear poco a poco.
Además de su carrera como torero, García Corbacho también administra un negocio junto a su pareja actual. Aunque compaginar el trabajo con los entrenamientos y tentaderos puede ser exigente, el novillero intenta buscar el equilibrio entre ambas.
