
El representante de Baltasar Ibán nos cuenta cómo son los toros de esta ganadería antes de la novillada de San Agustín del Guadalix
La próxima cita del Circuito de Novilladas de Madrid juntará a los seis semifinalistas con una de las ganaderías madrileñas más importantes. Hablamos de los astados de Baltasar Ibán, que pastan en la finca “ Cortijo Wellington”, ubicada en el término municipal de El Escorial.
El representante de la ganadería, Luis Miguel Encabo, detalla que haberse hecho cargo de la ganadería: “Supone mucha responsabilidad, pero a la vez es un auténtico placer. Es un encaste y una ganadería a la que que desde hace muchos años le tengo mucha pasión. Estoy encantado de formar parte de alguna manera de lo que es Baltasar Ibán”.
Encabo describe el toro de Baltasar Ibán como “un animal que se mueve, que suele dar espectáculo y que no deja indiferente a nadie”. De esta forma, asegura que “intentamos buscar un animal que humille mucho, que tenga motor pero que a la vez quiera coger los trastos por abajo, que es una de las bases fundamentales de la ganadería”.
En cuanto a las caracteríticas morfológicas, Luis Miguel Encabo afirmaba que “el toro es bajo, no es exagerado ni de pitones ni de cuerpo, pero su mirada y comportamiento le da seriedad y trapío”.
Si analizamos el comportamiento de esta ganadería en el ruedo, asegura que “hay de todo, pero normalmente es un aminal que se mueve, que vende cara su lidia”. Una auténtica prueba para los que se ven anunciados en esta ganadería, pues “el torero que tiene que estar delante, es un animal exigente. Sobre todo, necesita firmeza y un torero que le domine y que le pueda”, concluye.