
Un espejo. Eso es Emilio de Justo para muchos de los novilleros de la Liga Nacional de Novilladas. El esfuerzo, la constancia y la perseverancia en persona.
Muchos de ellos estuvieron presentes en la plaza de Las Ventas para presenciar en primera persona la gesta del torero extremeño. Aunque la moneda cayó del otro lado y Emilio de Justo sufría una dura voltereta al entrar a matar el primer toro de la tarde. Un percance que le imposibilitó hacer historia.


Germán Vidal «El Melli», participante del Circuito de Andalucía; Jorge Molina, García Pulido y Diego García, participantes del Circuito de Madrid; Sergio Rodríguez, novillero abulense que ocupa la plaza de intercambio del Circuito de Madrid, entre otros.

Pero ayer, un protagonista oculto bajo el nombre de «sobresaliente» también fue inspirador y representante de los valores de la tauromaquia. Fue Álvaro de la Calle, que tuvo la serenidad y la templanza absoluta ante el reto que, en cuestión de minutos, tuvo que afrontar: matar los 5 toros restantes de la encerrona. Él solo.

