El novillero salmantino Valentín Hoyos, de La Alberca, rodeado de campo charro, debutó con picadores en el Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo 2020, ante novillos de Esteban Isidro junto a Francisco Montero, Antonio Grande y Manuel Diosleguarde, en una terna casi salmantina. Tras ello, una novillada picada más y seguido, la destructora pandemia.
Tras el Bolsín Clasificatorio, se ganó el estar anunciado la temporada pasada en la Liga Nacional de Novilladas, naturalmente, en el Circuito de Castilla y León, toreando en Herrera de Pisuerga, Toro y Guijuelo, sin poder llegar a la esperaba final.
Hablamos con Valentín y recordamos lo que ha representado para él, después de torear tan poco, poder estar acartelado en los circuitos: «Fue una alegría y una satisfacción poder estar presente. En mi caso, este año hubiese sido mucho más complicado torear si no hubiera estado anunciado».
La tarde que más esperaba el novillero era torear en la plaza de toros de Toro: «Tenía mucha ilusión de torear en esa localidad de Zamora. La tarde fue muy bonita y especial. Pero me quedo más en concreto, con el novillo de Domingo Hernández de Guijuelo, fue un gran novillo con el que estuve muy a gusto».
En cuanto a los aciertos de esta primera edición del circuito picado de Castilla y León, Valentín resalta la rivalidad creada entre los compañeros, por lo bien que para él estaba planteado el formato.
Intenso es el invierno y la preparación del novillero junto a sus compañeros salmantinos: «Nos levantamos sobre las nueve de la mañana, aunque los martes y los jueves madrugamos un poco más porque tenemos un preparador físico a las ocho y media, luego, basamos la mayoría del tiempo en torear de salón. Tenemos formado un grupo en Salamanca a los que nos encanta torear de salón, y por cercanía, estamos muy conectados con el campo charro».
Valentín Hoyos quiere que esta temporada que comienza sea importante, estar en plazas de renombre e ir a Francia, que es un mercado muy importante para los novilleros.
Anunciado en el Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo, tras un año de espera de toda la afición, debe ser una ilusión muy grande estar presente en tu tierra y ante tus paisanos: «Me devuelve la ilusión, pues en esa plaza debuté con caballos. Quince días después vino la pandemia, y sabiendo que no pude torear todo lo que tenía en mente, que se vuelvan a acordar de mí es una alegría».
El objetivo para 2022 es «competir, que el aficionado se ilusione conmigo y poder crear un gran torero», cuenta Valentín.
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