La escuela de Salamanca viene a impartir cátedra en Madrid

Por David Jaramillo

La Liga Nacional de Novilladas, que actualmente se está celebrando con éxito en los Circuitos de Madrid, Andalucía y Castilla y León, está planteando unas confrontaciones muy interesantes. No sólo en lo que concierne a los novilleros, que son los primeros interesados en salir victoriosos en sus personales duelos con sus compañeros de cartel, sino también a nivel ganadero, pues los emparejamientos de los distintos hierros y encastes está permitiendo que el aficionado disfrute de una amplia diversidad de comportamientos, de lidias e, incluso, de los distintos pelajes que se dan en el ganado bravo.

Pero no sólo esto, pues también se está notando una interesante competencia entre las distintas escuelas que se han encargado de formar a los participantes de estos circuitos. Y es que, si bien los Circuitos tienen una base de novilleros nacidos o formados en las escuelas de las Comunidades Autónomas en las que se celebran, la inclusión de novilleros triunfadores que vienen de otras latitudes está añadiendo un ingrediente de rivalidad que aporta picante y calidad a cada uno de los festejos.

Centrándonos en el Circuito de Madrid, esta “lucha” entre escuelas tendrá un punto álgido el sábado 12 de junio, cuando en Anchuelo se den cita, ante novillos de Montealto (encaste Domecq) y Quintas (encaste Martínez), el mexicano José Miguel Arellano, el extremeño Alejandro Mora y el madrileño Álvaro Burdiel, o lo que es lo mismo, el CITAR, la Escuela de Tauromaquia de la Diputación de Salamanca y la Escuela de Tauromaquia de Madrid “Yiyo”.

Y aunque podríamos analizar este festejo desde distintos puntos de vista (ganadero, individual, de experiencia de los novilleros, etc…), en este caso nos detendremos en lo que supone la inclusión de Alejandro Mora como representante de la escuela salmantina, una de las de mayor abolengo de cuantas hay en el territorio español, pues en su haber cuenta con la formación más de 35 alumnos que han alcanzado la alternativa, algunos con trayectorias tan destacadas como las de López Chaves, Javier Castaño, Eduardo Gallo y Juan del Álamo, entre muchos otros.

En esta oportunidad, la escuela salmantina jugará con la carta de un torero con personalidad definida, una que persigue la emoción que produce la expresión natural, el valor sereno, el dominio desde la elegancia y un trazo delicado. Al menos, esto es lo que se le ha podido adivinar a Alejandro desde que debutó con picadores en 2018 y que, a pesar de los graves percances que ha sufrido (en 2019, en Zaragoza, un novillo le partió la safena y antes, en 2015, cuando todavía estaba sin picadores, en Alba de Tormes un eral le perforó la vejiga), está demostrando en su evolución.

En Alejandro se intuye la influencia de su tío, Juan Mora, quien ha ejercido más un papel de guía en la búsqueda personal de esa identidad del novillero y ha dejado la formación taurina a la Escuela de Salamanca, la misma que ha intentado potenciar todas las cualidades del placentino.

Para la Escuela de Salamanca, el triunfo de Alejandro significaría marcarse un tanto delante de la escuela más importante del país, pues, aunque el nombre de “Yiyo” sea reciente en el centro de enseñanza madrileño, en realidad no es otra cosa que la continuación de la escuela “Marcial Lalanda”, de la que salió nada menos que el propio José Cubero “Yiyo”, o Joselito, por nombrar sólo dos de una multitud de figuras y toreros de alternativa que se han formado allí. Pero, además, también sería la demostración de la vigencia de una forma de hacer las cosas, pues la otra escuela implicada, el CITAR, defiende el modelo del alto rendimiento, el de contar con pocos alumnos para una atención más personalizada e intensiva. No en vano, su representante, José Miguel Arellano, también viene de coronarse triunfador en el CART (Centro de Alto Rendimiento Taurino) que tuvo lugar en Guadalajara (México), apenas unas semanas atrás.

Tal vez por esto, la Diputación y el Ayuntamiento de Salamanca se han implicado directamente, no solamente con el patrocinio y apoyo del Circuito de Castilla y León, sino también con los novilleros que les representan en la Liga Nacional de Novilladas, pues es una buena manera de demostrar que es una región que respira tauromaquia por los cuatro costados y está deseando tener una figura que lleve su nombre por todo el planeta taurino.

Tras finalizar de forma amistosa la relación con sus apoderados, Leandro Marcos y Eduardo Canorea, Alejandro Mora necesita dar ese fuerte golpe sobre la mesa en su próxima actuación en el circuito, en la segunda ronda de clasificación, para encontrar a esa persona de confianza que le ayude a llegar a lo más alto.

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